Muchas veces no damos importancia a un esguince
de tobillo, ni vamos a ningún sitio a tratárnoslo, esperamos que desaparezca
con el tiempo, pero… no siempre es así.
Existen personas más propensas a que se le produzcan más esguinces de
tobillo que otras, pero es importante saber, que si no se curan bien estas
leves lesiones, hay mayor posibilidad de volver a sufrirlas.
Seguro que conocéis a amigos que se han hecho más de un esguince y no
le han dado ninguna importancia, pero a la larga, pueden desembocar en una inestabilidad crónica de tobillo la
cual desencadenará esguinces repetidos.
Generalmente, esta inestabilidad crónica es debida a la ausencia de
tratamiento de fisioterapia para dicho esguince. Es por ello, que debemos
concienciarnos de lo importante que puede resultar realizar un buen trabajo propioceptivo con nuestro tobillo.
Pero, ¿qué es la propiocepción de la que tanto se habla?
La propiocepción es “el sentido que informa al organismo de la
posición de los músculos, es la capacidad de sentir la posición relativa de partes corporales contiguas”.
Y ¿por qué es
tan importante?
Los ligamentos desempeñan un
papel muy importante de resistencia al movimiento anómalo en la articulación y
producen una respuesta que nos protege ante la tensión excesiva, evitando así
una posible lesión. Por eso, se ha de insistir en la reeducación propioceptiva (como son los ejercicios de equilibrio),
para evitar futuras lesiones e inestabilidades crónicas, dónde es más probable
que se produzcan recidivas como consecuencia a la debilidad que suele presentar
el tobillo.
Caminar sobre terreno irregular o el uso de tacón,
puede resultar difícil en estas ocasiones.
Como tratamiento a una inestabilidad ya producida, lo
más importante es el fortalecimiento muscular y una buena reeducación
propioceptiva sobre planos estables e inestables.
Recordad lo fundamental que es
acudir a un fisioterapeuta para que os de unas pautas y os haga el tratamiento oportuno y, de
esta manera, poder evitar acabar con una inestabilidad.